sábado, 10 de mayo de 2014

LOS AUSENTES

Es algo curioso y misterioso el fenómeno que ha de aparecer en frente de mis ojos, un cielo gris adornado de gotas diminutas de lluvia que dan la impresión de no mojar a las personas que cruzan la calle sexta.

Al parecer así son los días cuando una persona a de morir y esas gotas que caen desde el cielo, son las lágrimas del ser querido que hoy parte a un lugar mejor, dejando atrás esta vida terrenal absurda, ausentándose entre los que respiramos aun.

Familiares, amigos y conocidos, muchos de ellos están al otro lado del silencio como dice la canción, pero aquellos que seguimos respirando este oxigeno contaminado del planeta tierra, lloramos y sufrimos por la ausencia de nuestro seres queridos.

Algunos compraron su boleto de vuelo al otro mundo con enfermedades, accidentes trágicos y a otros, le regalaron el boleto siendo víctimas de la guerra bastarda y de la delincuencia absurda de nuestro país.

En ocasiones, la Santa Muerte nos da un par de segundo para despedirnos del ser que no quiere morir, pero que agoniza y se adormece, cayendo en el sueño profundo de la muerte y aquellos que seguimos con vida, una parte de ellos "los ausentes", se nos queda en el recuerdo y en el corazón.

Es aquí cuando el corazón se nos retuerce en la tristeza e impotencia y queremos regresas el tiempo para realizar un sin fin de acciones, para cambiar este presente amargo y desbastador, pero que lastimosamente no podemos lograr y desfallecemos en el llanto.

Por ultimo queda decir un "hasta pronto" a todos ellos que están en el mas allá, porque la carne y huesos que nos componen no duraran para siempre y llegara el día que iremos acompañarlos, nos reencontraremos con nuestros seres querido en el mas allá.

"la vida no se termina cuando tu cuerpo se convierte en polvo, 
no termina cuando dejas de respirar,
 la vida no tiene principio ni fin, 
la vida va mas allá de una eternidad."

sábado, 3 de mayo de 2014

ELLA Y LA NOCHE


Con el pasar de la horas se aproxima el final del día, llegando la noche junto la hermosa luna adornada de estrellas y del viento que eriza mi cuerpo al hacer contacto con mi piel; es este el cuadro climático y natural que me ha de asombrar al final de cada día y lo he de extrañar en cada amanecer.

Pero me asombro a un más cuando sé, que este paisaje magnifico acompaña aquella mujer que su nombre he de callar para describir todo aquello que de ella me sorprende y encarecer su bello ser.

Y estando ella enredada entre mis brazos, acaricio su liza y larga cabellera oscura como la nocturna naturaleza y percibo su aroma, un aroma a jazmín que me encanta al olfatear su pelo moviendo mi nariz como los perros, encantado por tan exquisito aroma; pero me detengo para observar sus ojos, pequeñas esferas que resplandecen y brillan como verdaderos luceros que me hipnotizan, perdiéndome en su mirada y observando a través de sus ojos lo bello mundo.

Agarro sus manos tiernas, suaves y tibias; que son como el fuego que me brinda calor, logrando que mi cuerpo conserve una temperatura cálida, protegiéndome de los vientos fríos y helados como los de esta noche.

Su boca, pómulos, color de piel y hasta su tono de voz, se han de convertir en mis debilidades, porque desde su larga cabellera hasta la punta de sus pies, que aun no he tenido la oportunidad ni la dicha de ver, es todo un cuadro perfecto pintado por Piccaso, cuadro viviente que exhibe la verdadera divinidad de una mujer.

Tanto ella como la noche son mi gran adoración, son los cuadros que guardo con celo en mis adentros y que solo tendré ojos para observar y mis manos para acariciar, escribir y elogiar tanto la esencia de la noche, como la divinidad de aquella mujer que entre mis brazos esta.